Este BMW en particular tenía los silentblocks de los brazos oscilantes hechos polvo y esto estaba provocando que el coche diese bandazos al dar o quitar gas, traqueteos indeseados, golpeteos sobre la barra de dirección (debido al retroceso de la rueda) y desgaste incorrecto de neumáticos, en definitiva, una penuria 🙁 . A simple vista no se veían mal pero al bloquear las ruedas delanteras y forzar el coche hacia adelante o hacia atrás se veía perfectamente como la rueda oscilaba mucho y desde abajo se veía que el silentblock añejo se arrugaba por dentro permitiendo una oscilación exagerada.
Para solucionar esto hay dos opciones: cambiar los brazos oscilantes completos o cambiar los silentblocks, que se pueden conseguir sueltos. La primera opción no tiene sentido si el brazo no está torcido o si la rótula que va en el otro extremo no tiene holguras. La diferencia de precio entre ambas opciones también es considerable, costando cada siletblock unos 8-15 euros unidad dependiendo de la marca y tienda frente a unos 40-60 euros del brazo completo de competencia… y si se pide original a la BMW tengo el recuerdo de que costaba como unos 120 eurazos CADA UNO, vamos, un dolor de hígado y cartera. Obviamente he optado por la opción 1 🙂 .
Lo ideal para desmontar el brazo sería soltar la rótula que va anclada bajo el amortiguador y en su otro extremo, donde va alojado el casquillo a sustituir:
La teoría está muy bien hasta que cuando vayáis a intentar sacar la rótula os deis cuenta de que no hay sitio físico para meter un extractor de rótulas y en caso de querer hacerlo habría que desmontar la pinza de freno, el disco y su protector de chapa. En este punto empezaréis a acordaros de toda la familia del ingeniero que decidió hacerlo así 🙂 . He probado método alternativo, pinzando la rótula con un taco largo de madera por debajo de la rótula apoyando en plano sobre la tuerca y a martillazo limpio en el lateral del soporte (para que con la vibración se suelte la parte cónica de la rótula) pero no había forma, estaba agarradísimo y no saltaba del sitio.
Aunque es un coñazo bastante majo, he sopesado las opciones y yo he optado por desmontar TODO lo que cuelga de la suspensión en su parte inferior: brazo de suspensión transversal, brazo oscilante trasero (el que interesa reparar), anclaje a la mangueta y rótula de dirección. Para la rótula de dirección es necesario un extractor de dos patas rectas. Los tornillos en este caso estaban apretados como los de un submarino, he tenido que tirar de otra de mis «multiherramientas» comúnmente denominada «tubo de metro y medio» acoplada al maneral 🙂 . 8 litros de sudor después…
Estos casquillos tienen unas marcas de alineación que deben coincidir con una protuberancia del brazo. En este caso uno de los casquillos estaba desalineado:
Con ayuda de una prensa y restos de chatarra de viejos rodamientos que tenía por el taller he sacado el viejo casquillo:
Usando el casquillo del viejo silentblock metí el silentblock nuevo (primero lo vacié por dentro con ayuda de la prensa para que no me estorbasen los restos del centro). Como el casquillo del silentblock es más ancho que el propio brazo oscilante sobresaldrá por ambos lados y hay que dejarlo igualado, deberán sobresalir 10 mm por cada lado:
Y ya sólo queda invertir el proceso y remontar todo 🙂 .
En este brico no han sido maltratados animales… pero un viejo disco de freno ha sucumbido a la prensa en el proceso de extracción del segundo silentblock (con lo bien que iba el sistema… el agujero central era del tamaño perfecto), cosas del exceso de presión porque el silentblock estaba muy agustito ahí en su sitio. Un minuto de silencio por todos los servicios prestados hasta ahora.
Y con todo remontado he salido a probar el coche en carretera y no hay color, el coche va mucho más fino y ya no hace intentos de desvío en la trayectoria al frenar, ya no se tira al carril izquierdo al soltar el volante, se acabaron los traqueteos… en fin, al llevárselo de vuelta al dueño le ha parecido un cambio radical :).
